The I Land – Siempre hay cosas peores que despertar en una isla desierta.

¿De que se trata?


Un grupo de personas sin relación alguna despiertan en una isla sin saber por qué o cómo llegaron ahí. Visten el mismo tipo de ropa y cada uno tiene un utensilio distinto en sus manos.

Si en la  reseña anterior, me quejaba de lo poco convincente que eran los actores, The I-Land, lo supera con creces.   Pero no es eso lo que la convierte en una mala propuesta, ni siquiera su al parecer bajo presupuesto. De hecho, he visto cosas en el canal de SYFY con menos presupuesto y de mejor calidad.

Al principio de la serie vemos a 10 personas abandonadas en una isla, no recuerdan quienes son, todas visten igual y la única diferencia es que cada una despertó en la orilla de la playa con un objeto distinto al de los demás, desde un cuchillo, hasta una caracola.  La primicia es interesante (casi cualquier primicia suele serlo)

Nuestro personaje principal es una desafortunada chica que en sus manos tiene una caracola, sin embargo, al toparse con una mujer que tiene un cuchillo, logra desarmarla con una táctica muy al estilo del krav maga (arte marcial israelí), lo que me lleva a cuestionarme, si una persona que pierde sus recuerdos, como es posible que recuerde cómo desarmar a alguien cuando ni siquiera está siendo atacada como para que sus instintos aparezcan.

Pero lejos de las convenientes habilidades militares de nuestra protagonista (que serán recurrentes durante toda la serie), tenemos también a otros personajes y el conflicto de identidad, las relaciones sociales y la lucha por el liderazgo, cosas que hacen a una serie interesante de no ser porque al parecer a los guionistas les dio una embolia cerebral o fueron reemplazados por simios adolescentes, amantes de “los juegos del hambre”, y convirtieron esta idea en una matanza sin sentido.

Rápidamente nos damos cuenta que no están ahí por casualidad (obviamente), sin embargo los poderes deductivos de nuestros “náufragos” son absurdamente superiores a los de Sherlock Holmes, pues descubren que al despertar estuvieron 39 pasos separados unos de otros  y que es un patrón recurrente que los lleva a encontrar un letrero a 39 pasos, (que no habían visto) )que dice “encuentra como salir”.

Así de absurda es la serie, así de absurdo es todo en esta isla que parece olvidarse paso a paso de sus primicias, la relación de 39 se olvida en el siguiente capítulo, de hecho, muchas cosas que se van armando conforme avanza la historia se van disolviendo perdiendo cualquier significado que pudieron tener.  Dando la perspectiva que la historia se fue creando capítulo a capítulo como un cadáver exquisito realizado por guionistas con alzheimer.

El primer capítulo termina con la caracola de nuestra protagonista, rota en el suelo y descubriendo una letanía que dice “propiedad de i-land y lo que parece ser un transmisor.

Menciono esto porque irónicamente es irrelevante para la trama, pues, aunque al parecer están en una isla falsa donde están siendo observados, resulta que, sí lo es, pero de manera virtual, así que es irrelevante que una caracola tenga una “etiqueta” de propiedad, cuando nada de lo que hay ahí existe en realidad.

Resulta que cuando nuestro personaje principal “muere” por un conflicto de intereses, es despertada, en el mundo real le explican que es parte de un experimento social, como esos que hacen los youtubers, solo que aquí no es actuado, cada uno de los 10 náufragos es un criminal con pena de muerte, y están ahí para ver si logran redimir sus pecados y con eso liberarse de la silla eléctrica.

Nuestra protagonista vuelve a entrar en la isla, vemos flashbacks de nuestros personajes y vamos descubriendo poco a poco la razón de porqué están ahí, todo podría resultar muy interesante pero no lo es, cada acontecimiento importante dentro de la trama se vuelve superfluo, na existe en realidad, todo lo que pasa se desvanece ante acontecimientos futuros, y nos da como resultado una historia sin historia con muertes sin significado, una protagonista que no empatiza ni con ella misma y una isla mucho más aburrida que la de Papagayo en Acapulco.

Una serie de afortunadamente solo 7 horribles episodios que deberías ahorrarte el disgusto de ver.