Leo Maslíah, música, parodia y comicidad.

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Los vínculos que han existido entre música y comicidad no son extraños ni nuevos, a pesar de la poca atención que suele ponérseles. es más extraño aún, conocer propuestas cercanas a la música de conservatorio o académica que le añadan un tono cómico. Un artista que ha estrechado estos lazos es Leo Maslíah, un artista muy poco convencional.

Nació en Uruguay en 1954. Realizó estudios de piano y armonía, con reconocidos profesores, impulsado por su tío, quien era consciente de la inquietud y curiosidad del pequeño Leo por los instrumentos musicales.

A sus veinte años tuvo su debut frente al público interpretando un concierto de Haendel, para después iniciar una extensa y prolija carrera como compositor e intérprete que abarca más de 50 discos, además de libros de poesía, novela y cuento. 

 

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Su primera producción discográfica, «Cansiones barias» (sic), aparece en 1980 y un año después aparece su segundo disco: «Falta un vidrio», en cuya portada aparece Leo en la esquina superior izquierda, medio escondido, pero dejando entrever su bigote y sus gafas. Dos de sus marcas de identidad. 

Otra de sus marcas, sello de la casa, que ya están más que presentes en estas dos grabaciones, serán las letras ácidas e irónicas; letras que van afirmando, negando o contrastando con la música que las acompaña, y casi siempre en un tono cómico, burlón. El espectro temático de Leo es muy variado, a lo largo de su carrera (ya de casi 50 años), ha escrito sobre temas como el exilio, la pose intelectual, la paternidad, Superman, parodias al Futurismo o a Pimpinela o a Charlie Parker.

Leo nos cuenta historias, lanza sentencias repetitivas, recurre al monólogo, a la guitarra, al piano, a los cantos corales; a composiciones de corte «clásico» o la parodia de canciones conocidas, como su versión de «Sabor a mí», en la que habla de los 500 años del descubrimiento de América. Todo vale para Leo si sirve a sus intenciones expresivas.

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A pesar de estas marcas cómicas de identidad, corre una corriente melancólica en la música de Leo Maslíah. No es casual, lo cómico y la melancolía son dos líneas emocionales que casi siempre van entrelazadas.

Tarea imposible el abarcar los matices de una obra de más de 50 años, más si esta siempre busca escurrirse y no responde a ninguna influencia de la atmósfera musical de su tiempo. La obra de Leo Maslíah es una isla (exótica y excéntrica) dentro de la música latinoamericana, una isla que ha sido homenajeada por varios artistas. 

Existe una famosa versión de Milton Nascimento de la canción «Barilomes y servilletas», el grupo argentino de punk-rock Attaque 77 en su disco «Otras canciones» incluye una versión del tema «5 Estrellas» y, hace unos años, el grupo español de pop Single, incluyó en su disco «Rea» un «cover» de la canción «La moto».

Sirvan estas líneas como ferviente invitación para conocer a Leo Maslíah, a su música y a su afinado y afilado sentido del humor.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Breve selección musical

 

«Canción de los desposeídos totales» 

 

«Adiós Miguel» 

«Zanguango»

«Imagináte m’ijo»

«Poeta neuraténico»

«Perdón si te molesto con esta sonatina»

«El bajón»

«Supermercado» (Parodia a cancion futurista)

«Yo quiero morir de muerte natural» (Parodia al dúo Pimpinela)

«Canción tardía para los 500 años» (Parodia a «Sabor a mí»)

https://www.youtube.com/watch?v=wYJ5hQVDhdw[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

Por: Retaguardia Mix

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