Yes Álbum, una fiesta sugestiva para los sentidos

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Descubrí al grupo Yes en CCH, en 1973, dos años después del lanzamiento del Yes Album y Fragile. Yo aún era un mozalbete de 15 años; mis conocimientos y gustos  rockeros eran los heredados de la generación de mis hermanos mayores, la del 68, la que creció con el ocaso de Elvis, con el arribo de “la ola inglesa”: Beatles, Rolling Stones, Yardbirds, Cream, The Kinks, The Who, The Animals, Procol Harum y de algunos dignos competidores estadounidenses, como The Byrds, Doors, Beach Boys o los grupos del sonido Motown, entre otros. Yes era una nueva manera de concebir la música, la cual perdía el carácter espontáneo y la sencillez del rock para convertirse en algo más elaborado. Para mi generación cecehachera en los setenta, escuchar a Yes significó abrir nuestros oídos a música más selecta e investigar sobre ella. Fue la puerta de acceso no solamente al rock, sino también al Jazz y a la música clásica. A la par de ello, nos inspiraba también el descubrimiento de Herman Hesse o de André Bretón. Música y lecturas nos transportaban a mundos oníricos y de poesía.

El primer disco que escuché de Yes fue Fragile. Quedé fascinado con la diversidad de matices sonoros, a veces ligeros, a veces potentes, de “Roundabout” (Carrusel); con “Mood for a Day” (Humor para un día) una conmovedora pieza de guitarra clásica; con el jugueteo melódico de sintetizador, bajo y guitarra en Long Distance (Larga distancia). Y la portada, un mundo fantástico muy ad hoc con la propuesta musical del rock progresivo.

Gracias a Fragile, me interesé por conocer el Yes Álbum, cuya portada más congruente con un grupo de rock convencional, a diferencia de las portadas más oníricas de sus álbumes posteriores.

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No se juzga a un disco por su portada

The Yes Album es el tercero del grupo, lanzado por Atlantic Records en marzo de 1971 en Reino Unido y un mes más tarde en Estados Unidos. Es considerado uno de los álbumes clásicos del rock de la década de los setenta. Curiosamente ningún álbum de Yes aparece en la lista de los mejores 500 de la Revista Rolling Stone.

En este álbum ya no incluyen versiones de otras piezas como en sus dos primeros y en el que se revela el talento individual de cada uno de sus integrantes.

La fotografía de la portada fue hecha por Phil Franks el día después de un accidente en carretera durante las sesiones de grabación. Franks ya había tomado algunas fotos del concierto de Lyceum, pero sintió que necesitaba algo más para la portada. El día de la sesión en el estudio del fotógrafo, la banda llegó tarde después de haber estado en el hospital ese mismo día y solo 30 minutos estaban disponibles para una sesión. Incapaz de obtener una foto satisfactoria en el estudio, Franks llevó a la banda a su apartamento, tomó una cabeza de maniquí de poliestireno de un contenedor, colocó una bombilla de 1000 watts en la lámpara de la cocina e improvisó la toma. Franks le dio el crédito del diseño de la portada al director de arte de Rolling Stone, Jon Goodchild, por hacer de la portada un éxito.

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Yes para las nuevas generaciones

Jon Anderson. Fundador de Yes. Cantante y compositor. El único miembro sin habilidades instrumentales, pero con una voz que algunos críticos la catalogan como angelical. Es responsable de la mayoría de las letras y conceptos de temática mística que forman parte de muchos lanzamientos de Yes.

Chris Squire, bajo y voces. Fue el único miembro del grupo que apareció en todos los álbumes editados por el grupo. En su infancia fue cantante en los coros de la iglesia a la que acudía. El sonido del bajo de Squire es característico por ser agresivo, dinámico y melódico. Estoy seguro que tuvo mucha influencia de Paul McCartney, quien hizo del bajo un instrumento más presente en las rolas del cuarteto, ya no como un elemento de sostén sino como protagonista, ya en un primer plano. Además, con mucha influencia también del jazz donde se realizan escalas crecientes y decrecientes.

El sonido característico del bajo de Squire, un Rickenbaker 4001, lo obtiene separando la señal estéreo de su bajo (el cual divide la señal de los micrófonos en salidas duales de alta y baja frecuencia) y después enviando la salida de baja frecuencia a un amplificador de bajo convencional y la salida de alta frecuencia a otro amplificador de guitarra. Junto con la voz de Jon Anderson, le dieron a Yes un sello vocal característico. Para mí, ambos, el letrista Anderson y el bajista Squire son las figuras irremplazables de Yes.

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Steve Howe, guitarra. Tuvo la influencia de la música que escuchaba su padre en discos de 78 RPM, como bandas de jazz o de Les Paul, inventor de la guitarra eléctrica, le gustaba escuchar también a guitarristas clásicos como Laurindo Almeida o Antonio Lauro. Tuvo mucha influencia del guitarrista country Chet Atkins, de quien dijo que le enseñó el concepto de que un buen guitarrista debe dominar todos los estilos. El ingreso de Howe al grupo, después de los primeros dos álbumes, introdujo una nueva dimensión cromática y dinámica a la música de Yes con la introducción de una gran variedad de cuerdas: desde las clásicas Fender y Gibson, pasando por mandolinas, guitarras acústicas, texanas, españolas y portuguesas.

Tony Kaye, teclados. Con formación académica en el piano desde muy pequeño. Durante su adolescencia, Kaye comenzó a inclinarse hacia el jazz y la Beatlemanía. Colaboró en los tres primeros álbumes de la banda, el último Yes Album, tocando su órgano Hammond. En los 80 regresó a Yes en su faceta más comercial. En Fragile fue sustituido por Rick Wackeman quien tenía una versátil colección de órganos y sintetizadores.

Bill Bruford, batería. Comenzó su carrera como batería amateur tocando Jazz en la década de los 60’s. Con él se perciben una pluralidad de ritmos y con quien se inicia la percusión electrónica. Solos virtuosos de improvisación.

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Las Imperdibles

Yours is no disgrace (no es tuya la desgracia o la tuya no es una desgracia).

Se dice que es una rola antibélica. Anderson ha declarado que el tema de la canción “era el reconocimiento de que los niños que luchaban en la guerra no tenían más remedio que luchar y que la guerra no fue su culpa”. Tengo la impresión que algunos pasajes de la pieza son como metáforas de batallas, cañonazos, la vorágine. Como Chaikovsky en la Obertura 1812. En una parte de la rola el bajo de Squire parece tocar algún pasaje de música de Bach, como el Bouré de Jethro Tull, junto con las armonías vocales de Jon Anderson y Squire, e inmediatamente los golpes de la guitarra, bajo y batería.

The clap (el aplauso)

Uno de los dos de sus temas que serían lo más célebres de su carrera y que muestra el gran talento de Steve Howe. Fue una de las rolas más solicitadas e interpretadas en cada una de las actuaciones en vivo de la banda. En algún momento me suena a algunos pasajes del Jazz estilo Chic Corea, en otros me recuerda a Al Di Meola y otros como Ragtime.

Starship trooper (Nave Trooper)

Es quizá la rola más compleja del álbum. Se trata de una suite conformada de tres partes, cada una de ellas compuestas por separado por Anderson, Howe y Squire. Jon Anderson fue el autor principal de Life Seeke; Squire escribió la mayor parte de Desillusion y Howe hizo la parte instrumental, llamada Würm.

La rola se fue construyendo en el estudio de grabación de tal modo que el grupo no la pudo nunca tocar en vivo; en ella podemos apreciar una gran diversidad de estados de ánimo. La primera parte “Life Seek, la segunda parte “Desilution”, en la que destaca el jugueteo virtuoso de la guitarra acústica de Howen junto con las armonías vocales de Anderson y Squire, para terminar un obsesivo crechendo con el rasgueo de solo tres notas de guitarra matizado por el potente requinto de Howe.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”16510″ img_size=”full”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]I’ve Seen All Good People (He visto a todas las personas buenas)

Al igual que otras canciones de la banda, la pista consta de múltiples movimientos distintos empalmados para formar un trabajo cohesivo más largo. La melodía utiliza el ajedrez como metáfora lírica para navegar las relaciones interpersonales, y contiene varias alusiones a la música de John Lennon, como Karma Instantáneo y Démosle una oportunidad a la paz: Give Peace a Chance.

Nuevamente escuchamos las voces armónicas de Anderson y Squire, acompañadas por la guitarra portuguesa de doce cuerdas de Steve Howe, con algunos matices como de flauta medieval logrados con el registro del órgano Hammond a cargo de Tony Kaye. Más adelante una parte muy rítmica con el prodigioso riff de la guitarra de Howe sostenido por el bajo y el órgano Hammond.

Yes creó un estilo propio caracterizado por complejas y recargadas armonías, la fusión de elementos del jazz y música clásica la creación de melódicas canciones y letras caracterizadas por su contenido enigmático, esotérico, onírico y poético, escritas mayormente por el vocalista, Jon Anderson.

La música de Yes es refinada y fuerte, de espíritu imaginativo, fiesta sugestiva para los sentidos, armonía de sonidos lúdicos para el oído. Con Yes se forjó y cohesionó para siempre el rock progresivo. 

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Rockcamaleónico | Jueves 20:00 hrs

www.expansionradial.mx

Texto por Víctor Ísita Tornell

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