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Este mes, Avándaro cumple 50 años y quizá muchos de nosotros no tenemos ni idea del porqué se volvió un referente para la cultura mexicana, no sólo en la música, sino que ha sido expuesto en películas, libros y generó todo un movimiento del que aún tenemos sus beneficios.
Primero, debemos ubicarnos en 1971 en la Ciudad de México, tres años después de la masacre del 68, un país que aún no dejaba que los jóvenes se expresaran libremente, trataban de minimizar cualquier intento por sobresalir y los jipitecas, (término con el que se referían a este sector) no se sentían intimidados por la autoridad, estaban enojados y aún tenían muchas cosas de las que hablar.
En este momento, en México se desarrollaba un movimiento conocido como La Onda, el cual comenzó con la creación de diversas obras literarias que se enfocaban en contar los temas tabús de una manera simple, con el lenguaje de los chavos para que se sintieran identificados, era SU literatura y varios estudiosos no les daban el crédito debido al considerarlo de mala calidad o sin sentido, y si, no tenía sentido para ellos, porque los escritos no eran para ese sector conservador y privilegiado.
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La onda, comenzó a escalar de niveles y se fue apoderando poco a poco de las formas de expresión artística: poesía, obras de teatro, bailes, performances, música…hasta que llegó la idea de Avándaro; un proyecto ambicioso, realizado por diversas personas que tenían una influencia en los jóvenes de la década, en el que pretendían juntar dichas expresiones en un festival masivo donde también se realizaría una carrera de autos en Valle de Bravo, Estado de México, por ello se llamaría Festival Rock y Ruedas de Avándaro.
Sin embargo, la realización era dudosa, ya que, en años anteriores, se había negado la autorización para los conciertos de The Beatles y The Doors, porque al gobierno no le interesaba lo que los jóvenes querían, era mejor tenerlos alejados y controlados antes de que se les salieran de las manos. Además, hay que tener en cuenta que El Halconazo había ocurrido en junio del 71, unos meses antes de que se realizara el festival.
El Festival Rock y Ruedas, pretendía tener un par de bandas para después dar paso a la carrera, pero al ver que existía una gran demanda de diversión, agregaron algunas agrupaciones más, sobre todo de rock nacional, el cual estaba decidido a seguir cantando sobre todo lo que les dijeron que no podían y buscaban cualquier lugar para tocar, plazas de escuelas, campos de futbol, la calle, todo era válido y Avándaro pretendía ser ese lugar donde pudieran llegar a más gente , además sería transmitido en vivo por la radio y grabado por Telesistema Mexicano (Televisa).
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Llegó el 11 de septiembre de 1971 y con ello Avándaro, el respiro de libertad que tenían años buscando, los organizadores habían puesto sus reglas: no alcohol sin comida, no uso de sustancias alucinógenas, etc.… pero la realidad, era que los jóvenes hicieron suyo el festival y esas reglas no aplicaban a ellos. Se suponía que el evento tendría una capacidad aproximada para 25 mil personas, al final no se pudo dar una cifra exacta, pero se calcula que pudieron acudir más de 100 mil.
Ni la lluvia pudo detenerlos de ser totalmente felices por ese par de días. Sí, se consumieron drogas, todas las que estaban disponibles, bailaron, cantaron, se desnudaron y dijeron e hicieron todo lo que el gobierno y la sociedad les prohibió. Las presentaciones de los artistas estaban cargadas de mensajes de libertad y los incitaba a luchar por lo que creían que era correcto, por salir de las jaulas. El rock era lo importante, así que la carrera fue cancelada, dando lugar a más diversión. No hubo la violencia que describirían días después en los medios, sólo eran libres.
El problema estuvo en que, no sólo los jóvenes que asistieron al Festival escucharon los mensajes, recordemos que se transmitió en vivo a todos lados, lo que el gobierno interpretó como una provocación y los conservadores se encargaron de difundir noticias falsas satanizando el evento y a sus participes. Se prohibieron los festivales masivos, las bandas que tocaron en el festival dejaron de sonar en la radio, se dijo que Avándaro fue un degenere, un infierno, que jamás volvería a suceder en el país.
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Echeverría se encargó de terminar con La Onda, se cancelaron revistas, se negó a hablar con los jóvenes músicos que exigían se les tratara con respeto, Tinta Blanca organizó un plantón frente a Los Pinos, que al final sólo sirvió para ejemplificar la indiferencia del gobierno por ellos. Corrieron locutores de radio por hablar del Festival, empresarios involucrados en su realización se fueron del país y el presidente se justificó diciendo “Se les dio permiso para una carrera, no para un festival de rock”. La realidad era que los jóvenes no necesitaban permiso de nadie.
Los conciertos masivos estuvieron totalmente prohibidos por años en México, las autoridades tenían miedo de que se repitiera Avándaro y los chavos los dejaran en evidencia de nuevo, ellos no eran su propiedad y no podrían volver a infundir miedo en ellos, no iban a controlarlos.
La historia no se quedó ahí, con el tiempo algunas cosas cambiaron gracias a que esos jóvenes continuaron en su lucha de libertad, buscaron sus medios para seguir haciendo música y darle difusión y hoy podemos ver a bandas nacionales tocando en bares, podemos ir a un festival de música sin tener problemas y puedo escribirles esto.
Gracias por su esfuerzo a todas las personas involucradas en el Festival, asistentes, bandas, prensa. Gracias por no rendirse. ¡Viva Avándaro!
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Backstage | Viernes 7 PM
#BackstageBand
texto por Yuri Rodriguez
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