La policía no me cuida, me cuidan mis amigas

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El pasado sábado 27 de marzo, Victoria, una mujer migrante salvadoreña y madre de dos niñas, fue asesinada en Tulum por cuatro policías que la asfixiaron tras someterla contra el suelo. A raíz de esto se viralizó el hashtag #JusticiaParaVictoria y me quedé pensando qué tanta “justicia” se puede llegar a tener en este caso, como en los casos de la mayoría de los feminicidios. ¿Qué es justicia cuando la víctima ya está muerta y sus hijas están huérfanas?

Siempre he tenido un repudio total hacia los policías, el sistema judicial y penitenciario, un repudio que es cada vez mayor, crece más odio y enojo dentro de mí, acompañados de unos altos niveles de impotencia. Y es que para mi es importante dejar en claro que los policías no están en las calles al servicio de los civiles ni para su protección. Eso es lo que quieren que creamos, la idea que nos han vendido para justificar que todas las calles estén llenas de patrullas y oficiales con armas más grandes que sus brazos, pero no es así. Los policías están en las calles al servicio del sistema capitalista y heteropatriarcal, para que si alguien se ve con la necesidad de robar algo porque no tiene ni para comprar un pan y su familia se está muriendo de hambre o si alguien simplemente no cabe en las reglas de este sistema, lo detengan y lo priven de su libertad sin que haya nada que pueda hacer, porque tienen la orden de asesinarte si te resistes. A los pobres se les tacha de delincuentes y punto, pero, en primer lugar no se puede generalizar y pensar que todos los pobres son “delincuentes” porque no es verdad y en segundo lugar, no se mencionan nunca las razones por las cuales alguien pobre delinque, muchas veces no tienen de otra, porque, por lo menos en México, más de un tercio de la riqueza la tiene el 1% de los más ricos de la población, lo cual es completamente absurdo.

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El 90% de las personas encarceladas cometieron crímenes que pudieron ser muy graves, pero son consecuencia de un sistema que favorece a unos mientras mata de hambre y desesperanza a otros. El sistema es implacable, los encierra en espacios míseros, apenas les da de comer, los violenta, los mantiene en condiciones inhumanas, irónicamente por el simple hecho de ser el resultado de los ejercicios del sistema que los puso ahí en primer lugar.

También es importante mencionar quiénes son los verdaderos delincuentes en este planeta, a mi parecer son todos los que gobiernan este sistema mundial. Para empezar, el simple hecho de querer tanto poder indica unos niveles importantes de narcisismo, con alta necesidad de admiración y sus ideas delirantes de grandeza.  Todos sabemos qué es lo que hacen las personas con tanto poder, cuáles son sus pasatiempos. ¿O no hemos escuchado mil veces decir que no se puede avanzar en la política sin ensuciarse las manos? Hay millones de pruebas que muestran los verdaderos colores de estas personas: redes de prostitución, pedofilia, corrupción, narcotráfico, etc… Y, ¿cómo es que sabiendo todo esto siguen existiendo estas figuras mundiales tan importantes? por si fuera poco todos se conocen y se protegen entre ellos. Pues eso es lo que nos debemos cuestionar en realidad. A mi me queda bastante claro quiénes son los que deberían estar tras las rejas… Aunque, los pocos de ellos que están tras las rejas tienen algo así como suites presidenciales dentro de las mismas cárceles y un trato completamente distinto al resto de los reos.

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Que las calles estén repletas de patrullas y camiones policiacos no es normal. Que manden miles policías y granaderos, aunque sea con chalecos morados a “cuidar” los monumentos y edificios de las marchas feministas no es normal, y que estos mismos policías y granaderos lancen gases lacrimógenos y botellas llenas de pipí mientras se ríen burlándose de las manifestantes no es normal. Que encapsulen a las compañeras al salir del metro no es normal. Que sean unos incompetentes que no hacen nada cuando las mujeres denuncian acoso callejero no es normal. Y sobre todo, que asesinen a una mujer en la calle, a plena luz del día, destrozándola con una rodilla en el cuello, por razones racistas y xenofóbicas NO ES NORMAL, no está bien y no lo vamos a permitir nunca más. Este acto fue un símbolo muy claro del cinismo del sistema y del verdadero rol que cumplen los policías: remover a todo lo que estorbe al cumplimiento de lo que mande el heteropatriarcado capitalista. Estos actos suceden en todo el mundo: en Estados Unidos, en Francia, en España,… y todas las veces tienen las mismas raíces racistas, xenofóbicas, sexistas y homofóbicas.

Debemos seguir luchando contra este sistema que hace menos a todos los que no pertenecen a él, no puede seguir creciendo, no podemos hacer como si nada. Estoy cansada de seguir pidiendo justicia, eso no me sirve de nada si el crimen está cometido. Abajo con el sistema penitenciario y judicial. Y nunca lo olviden: ACAB (All Cops Are Bastards). La policía no te cuida, te viola y te asesina.

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Texto por Maria Luna Flores

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