La Marquesa de Sade: una mirada introspectiva al siglo XVIII con ojos del siglo XX y recreada en el siglo XXI.

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La mente es la nube oscura de donde viene toda claridad.

Juan de la Cruz

La Marquesa de Sade, creación teatral de Yukio Mishima –traducida del japonés por Kenryo Hara y puesta en escena por la Compañía Gajuca en colaboración conjunta México-Chile–Japón, y dirigida por Marisol Torres– vuelve después de un exitoso periplo por escenarios completamente llenos en Mérida, Zacatecas, Guerrero, Tlaxcala, entre otros estados, a la Ciudad de México, que fue su punto de partida en el país.

A invitación expresa de Angélica Poblete, quien representa el papel de la Condesa de Saint-Fond, personaje imaginario que en la obra es el alter ego de Sade y consecuentemente pilar fundamental en el desarrollo y contenido del drama, asistimos a la mise en scena hace dos años guardando nuestro interés de volver a vivir otra sacudida de conciencia ahora que se presente nuevamente en el Foro Experimental Black Box del Centro Nacional de las Artes, CENART. 

Envolverse otra vez en los claroscuros de ese torbellino de pasiones, emociones y sentimientos de fidelidad, devoción conyugal, orden social, moral de la época, deseos, deslealtad, religión y pueblo en La Marquesa de Sade, quedan encarnados en las seis mujeres que transitan en los vericuetos del pensamiento de esa alma oscura, tan primitiva como revolucionaria que fue Sade, es una provocativa convocatoria a la reflexión sobre qué ha cambiado en el mundo.

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Angélica Poblete, Condesa de Saint-Fond, en el tema, nos comentaba: “un pensador oriental, Yukio Mishima, en el siglo XX; desentrañando las motivaciones que van de lo atávico a lo límbico de un hombre occidental del siglo XVIII, Donatién Alphonse François Marqués de Sade; en una obra, que recoge lo impulsivo, emocional y racional del ser, puesta en boca de mujeres, objeto de los excesos de Sade y a la vez convencidas voceras de su cosmovisión, en el siglo XXI, no es algo que pueda interpretarse y mucho menos entenderse dentro de la lógica común”.

“Si además consideramos las reminiscencias de la técnica Buto que permea en la historia –no hablar a través del cuerpo, sino que el cuerpo hable por sí solo, esto es: ritmo, poesía y plástica etérea del japonés que vive tiempo y espacio distinto al entendimiento y mística del mundo nuestro–, sí que es una gran complejidad La Marquesa de Sade”.

“Ahora transmigrar estas concepciones orientales, de su original, al teatro de texto, donde la palabra, acompañada de un simbolismo corporal, tienen vida propia y otra esencia, solamente se logra con un profundo conocimiento de la estética teatral; ¡y Marisol Torres lo tiene!”

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Eso nos dijo Angélica Poblete sobre La Marquesa de Sade y un añadido como corolario: “un desarrollo del 1772 pasando por la revolución francesa; una revolución en la revolución; un coctel explosivo a través de una trama excitante”.

Los personajes bien representados; la idea de la inhumanidad de Sade como característica fundamental de lo humano, se logra transmitir.

Y nos contagió.
Y fuimos a verla.
Y nos convenció.
¡Y la volveremos a ver! 

La recomendamos ampliamente.

La Marquesa de Sade se exhibirá en el siguiente lugar, fechas y horario: 

Centro Nacional de las Artes, CENART. 

Foro Experimental Black Box

Miércoles 2 de octubre: 19 h.
Jueves 3 de octubre: 19 h.
Miércoles 9 de octubre: 19 h.
Miércoles 10 de octubre: 19 h. 

Sugerimos llegar 1 hora antes. Sólo habrá 80 espacios disponibles por función.

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