Presentamos a Bygone Summers, el proyecto del talentoso artista Marcos Rodriguez, quien se manifiesta con su segundo álbum de estudio, «ghost light». Desde su inicio en 2018, Marcos ha demostrado una habilidad única para mezclar géneros y crear un sonido distintivo nostálgico y futurista.
Su álbum debut, «all we can see», nos llevó en un viaje sonoro inspirado por la psicodelia de los años 60 y el shoegaze de los 90. Ahora, cuatro años después, «ghost light» llega con una propuesta aún más audaz y experimental.
Bygone Summers: Una Sinfonía Nocturna
El álbum abre con «white light (intro)», una pieza instrumental de cinco minutos que establece el tono con guitarras en loop, sintetizadores envolventes y sonidos glitch. Es una invitación a sumergirse en una experiencia auditiva hipnótica y onírica. Esta introducción prepara el terreno para la segunda pista, «burn your body», una canción intensa y visceral con letras oscuras y una mezcla de rock y elementos industriales que resuenan con una energía cruda y poderosa.
Bygone Summers no teme explorar territorios sonoros poco convencionales. «the same face» continúa con esta tendencia, presentando una narrativa lírica profunda sobre la lucha interna y el aislamiento, envuelta en una atmósfera sonora densa y envolvente. Luego, «someone i know» nos sumerge en un oscuro paisaje trip-hop con toques de rock alternativo e industrial, donde los sonidos glitch aportan una textura única y fascinante.
La pieza central del álbum, «the piano piece», destaca por su base de piano melancólica y mística, filtrada para crear una sensación de lejanía y misterio. Es una composición rica en matices y texturas, que invita al oyente a perderse en su densidad sonora. En contraste, «there’s a fire» ofrece una base rítmica intensa y una atmósfera sensual y profunda, combinando elementos de shoegaze y trip-hop de manera magistral.
«another body» es un experimento breve pero hipnotizante, donde Marcos juega con sintetizadores y texturas envolventes, creando una pieza shoegaze etérea y cautivadora. «always running», por su parte, es una explosión de electrónica al estilo de GusGus, con loops de guitarras y sintetizadores que construyen capas de sonido sobre una base rítmica densa y persistente.
El álbum cierra con «watch the blood», una pista hipnótica y meditativa donde Marcos combina una guitarra acústica con sintetizadores disonantes. Es un final alucinante para un álbum que desafía las convenciones y ofrece una experiencia sensorial única.
En resumen, Bygone Summers ha creado con «ghost light» una obra maestra de innovación y emoción. La producción es impecable en su sonid, los elementos experimentales y alternativos hacen de este álbum una joya que no debe faltar en un verdadero conocer musical. Para los amantes de la música que buscan algo más que lo convencional, este álbum es una visita obligada que se disfruta de inicio a fin, y a un volumen considerablemente alto.
Para fans de artistas como Nine Inch Nails, Radiohead, GusGus, Gary Numan, Crosses.
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